¿Puede la IA ayudar a los bancos a manejar las sanciones para Venezuela?

Las sanciones más severas de la administración Trump para el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela han puesto a prueba los sistemas de monitoreo de transacciones de EE. UU, y han hecho que algunas instituciones respondieran con el rechazo de pagos hacia y desde el país, una medida que podría empeorar la crisis humanitaria en el lugar.

Pero la inteligencia artificial puede ayudar a que los bancos disciernan mejor el dinero bueno del malo.

La lista de compañías conectadas con el gobierno de Venezuela con las que los bancos de EE. UU. tienen prohibido hacer negocios ha crecido sin cesar, así como también lo ha hecho la presión sobre las instituciones financieras para que cumplan con estas exigencias. John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, escribió en Twitter el mes pasado acerca de este tema y advirtió a los banqueros que no ayuden a Maduro ni a sus aliados.

Este es un asunto apremiante para los bancos del sur de Florida, según Daniel Gutierrez, vicepresidente y gerente de Riesgo Normativo en el Ocean Bank de Miami, con activos por $3.9 mil millones. El sur de Florida tiene la población de expatriados venezolanos más grande, y muchos bancos de Florida hacen negocios con empresas e inmigrantes venezolanos.

«No es un asunto sencillo, ya que se trata de ver señales de advertencia que apuntan a hechos de corrupción», dijo. «Cuando digo corrupción, estoy hablando de maneras sofisticadas de [ganarle] a la capacidad de las instituciones financieras de descubrirla».

Venezuela ha estado en crisis durante varios años, desde que Maduro tomó el poder en 2013 y buscó consolidar su dominio sobre el país. Aunque aparentemente Maduro fue reelecto en mayo del año pasado, EE. UU. y más de 50 otros países creen que la elección fue manipulada y han reconocido a Juan Guaidó, opositor de Maduro, como el líder legítimo del país. Los EE. UU. han aplicado sanciones cada vez más duras contra el régimen de Maduro, ya que las protestas masivas se han esparcido por todo el país en oposición al gobierno del caudillo.

Pero las compañías sancionadas están haciendo todo lo posible paras evitar el aislamiento al realizar transacciones a través de terceros y empresas fantasma en otras jurisdicciones, dijo David Schwartz, presidente y director ejecutivo de la Florida International Bankers Association.

«Muchas de estas transacciones indirectas no provienen necesariamente de Venezuela. Se envían a través de, por ejemplo, Panamá, por lo que conocer el origen de los fondos es realmente importante», dijo Ivan Garces, jefe de Prácticas, Servicios de Asesoría de Riesgos en Kaufman Rossin. «A veces se ve que los pagos provienen de terceros y se debe preguntar cuál es el origen de esos fondos. Se está llegando al punto en el que los bancos examinan a fondo cada transacción para determinar unas cuantas cosas: ¿es coherente con el negocio de este cliente según mis conocimientos? ¿Puedo quedarme tranquilo con el origen de los fondos y puedo relacionarlo con el negocio legítimo del cliente?»

Garces dijo que los bancos están aplicando una debida diligencia mejorada a sus clientes venezolanos en una iniciativa para comprenderlos mejor a ellos y el tipo de negocios que hacen, lo que incluye averiguar si realizan transacciones o no con el gobierno venezolano. En algunos casos, obligan a sus clientes a documentar si mantienen o no una relación con el gobierno.

«Cada transacción requiere una revisión muy cuidadosa que va más allá de lo que hemos estado acostumbrados a hacer», dijo Garces.

Al igual que la mayoría de los bancos, Ocean Bank cuenta con un software de monitoreo de actividad sospechosa para evitar el lavado de dinero, pero quienes quieren eludir las sanciones parecen conocer muy bien cómo funciona el sistema. «Si mi banco recibe una transacción de $2 millones, [el software] me alerta y me indica que solicite más información», dijo Gutierrez.

El banco pedirá documentos de respaldo como facturas, contratos o conocimientos de embarque que parezcan legítimos.

«Tienen firmas y certificaciones notariales y, a juzgar por las apariencias, son legítimas», dijo Gutierrez. «Tienen acceso a notarios públicos, saben qué vamos a exigirles para estar cómodos con la transacción».

Otro obstáculo es que las sanciones tienen una redacción muy genérica.

«Esto ha creado miedo por parte de las instituciones financieras, porque tienen que tener extremo cuidado de no cometer errores en cuanto a detectar transacciones que llegan a su institución y están relacionadas con cualquier persona incluida en la lista o a cualquier parte relacionada con ellos», dijo Schwartz.

Por ejemplo, una sanción prohíbe la exportación de diluyentes de crudo de EE. UU. a Venezuela.

«Soy banquero. ¿Qué es un diluyente?», dijo Gutierrez. «Ahora sé que es una sustancia química que se usa para diluir el petróleo crudo. Si ingresa una transferencia a mi banco, ¿cómo voy a saber si estoy negociando o acreditando a un cliente por una transacción que tiene que ver con un diluyente?

El banco tiene que detener la transferencia y analizarla. Si hubiera algo sospechoso en ella, el banco le solicitará documentación adicional al cliente. Se puede acudir a un abogado para que evalúe la legitimidad de la transferencia. Esto le cuesta tiempo y dinero al banco, y el cliente se ve afectado.

«El cliente podría decir ‘un momento, ¿dónde está mi dinero? No me lo han acreditado’, dijo Gutierrez.

Algunos bancos simplemente están renunciando y minimizando el riesgo por completo, dijo Schwartz.

«Hay algunos bancos que están empezando a rechazar transacciones directamente, porque es mucho más fácil que intentar descifrar la regulación y luego determinar si la transacción puede o no estar relacionada con alguien que forma parte de esa lista», dijo Schwartz. «¿Por qué correr el riesgo de tener que analizar la excepción y saber si está dentro o no de esa excepción? Es más fácil y menos riesgoso directamente decir que no y rechazar la transacción».

Gutierrez dijo que ha visto instituciones devolver transacciones con una dirección en Caracas cuando el beneficio de ejecutar la transacción no parecía merecer el costo de debida diligencia en torno a la inspección de la transacción.

«Si el cliente no tiene una relación con buen historial y ocasiona más esfuerzo, trabajo y riesgo que el beneficio que le produce a la institución, entonces, ¿por qué no evaluar directamente no operar con ese cliente?», dijo. «Después de todo, esto es un negocio».

Sin embargo, en Ocean Bank, «nuestro objetivo es evitar terminar relaciones bancarias en lugar de solo deshacerse de las cuentas cuando hay dudas», dijo Gutierrez.

Los bancos que estén dispuestos a llevar adelante la debida diligencia que se exige para estas transacciones tienen que dedicar recursos a este proceso, comentó Schwartz.

Los consumidores también se ven afectados por las sanciones. Hay muchas familias venezolanas que envían remesas de dinero a su país de origen «para intentar ayudar a sus familias a sobrevivir allí debido a la situación», afirmó Schwartz. En un par de ciudades son casi todos expatriados venezolanos.

«Así que para nosotros en el sur de Florida, es importante tratar de encontrar la mejor solución para que esos flujos sigan circulando y ayudar a esas personas», agregó Schwartz. «Hay gente sufriendo».

¿La IA puede ayudar?

Existe una serie de programas nuevos de antilavado de dinero basados en IA que prometen ser un método más sofisticado e inteligente para detectar transacciones sospechosas, con un control más completo de las compañías y las personas y la capacidad de comprender todas las contrapartes con las que están afiliadas.

Algunos de los proveedores son Quantaverse, Quantexa, Merlon, Zest Finance, Ayasdi, ThetaRay, IBM y Nice Actimize. Quantexa, por ejemplo, afirma que puede rastrear una transacción a través de cualquier compañía fantasma o socio que se pueda utilizar para canalizar la transferencia de dinero.

Gutierrez afirma que dicha tecnología puede ayudar, con algunos límites.

«La gente habla mucho acerca de la inteligencia artificial», comentó. «Sin embargo, al igual que con cualquier otra tecnología, no es posible comprar la inteligencia artificial, sacarla de la caja, enchufarla en los sistemas bancarios y esperar que haga maravillas. Uno debe asegurarse de que esta inteligencia le va a ayudar, y que cuenta con suficientes datos, que sean íntegros y estén ‘limpios’, como para que el sistema pueda aprender de sí mismo».

Los bancos también deben verificar que el producto les sirva, ya que el proveedor les garantizará que puede hacer cualquier cosa. Gutierrez también destacó que él no conoce ningún sistema que pueda leer contratos en español.

«Sé que puedo alimentar un sistema con las más de 800 entidades estatales que existen en Venezuela», comentó. «Y sé que al ingresar esos nombres, el sistema puede proceder y detectarlas».

Pero sigue habiendo áreas grises que exigen el análisis humano, dijo.

Schwartz también dijo que ha visto proveedores con plataformas interesantes.

«Una máquina puede analizar patrones de comportamiento, patrones de transacciones y basarse en diferentes fuentes para intentar obtener información que podría ayudar a impedir algunas de estas transacciones no transparentes», dijo.

El problema es que estas sanciones son muy complicadas.

«No es solo una cuestión de la persona a la que se enfrenta», dijo Schwartz. «Es una cuestión de que la transacción se rastree desde su origen. Conocer a todas las partes involucradas y poder determinar si son una persona es el testaferro o no puede ser todo un reto. No es una tecnología perfecta».

El software de AML basado en IA puede reducir falsos positivos, comentó Schwartz. «Pero no revela todos los falsos negativos, el tipo de caso donde sus sistemas de monitoreo normal no han detectado la transacción», dijo. «Es mejor que los sistemas que se venían usando. Sigue en una especie de etapa de prueba en cuanto a qué tan bien puede detectar a partes de una transacción que buscan mantenerse y mantener sus transacciones ocultas. Pero definitivamente es un avance en relación con dónde nos encontrábamos hace cinco o incluso tres años».

Es probable que las inquietudes normativas también sean un problema. Los entes reguladores de EE. UU. le han dado a las instituciones luz verde para experimentar con IA y otras tecnologías y así luchar contra el lavado de dinero. Sin embargo, en privado, muchos banqueros se quejan de que los examinadores aún tienen muchas dudas acerca de los nuevos sistemas.

Garces también tiene opiniones diversas sobre la efectividad de los sistemas de monitoreo más nuevos.

«Existen oportunidades para que la tecnología desempeñe un papel» dijo. «Sin embargo, no creo que la tecnología sola en esta etapa vaya a hacerlo. Los sistemas inteligentes se pueden usar para identificar patrones inusuales, pero en definitiva igual hay que tomar una decisión acerca de si la actividad es inusual o no, y si está o no vinculada a un fin legítimo».


Ivan Garces, CPA, is a Chief Risk Officer, Risk Advisory Services Practice Leader at Kaufman Rossin, one of the Top 100 CPA and advisory firms in the U.S.